Los atardeceres en Piriápolis siempre son mágicos, y siempre son diferentes.
Éste es del sábado 29. Lo aplaudimos mucho.
Es curioso como uno puede conectarse con todo un montón de personas de diferentes nacionalidades y características, que no se conocen entre sí, saludando al sol que se mete en el mar...
Hay almas que decaen como un atardecer si la luz la sorprende...
ResponderEliminarVerdad. Y hay almas que como el atardecer saben sumergirse en la calma de la noche con una celebración.
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